sábado, 11 de mayo de 2013

Dan por muerto al islamista que desapareció de Ceuta




El destino está resultando enormemente cruel para los islamistas radicales españoles que se están desplazando a Siria para unirse a los suyos en contra del régimen de Bashar Asad. Y especialmente lo ha sido para Nordin Abderrayat, el menor que desapareció de Ceuta hace aproximadamente mes y medio. Las Fuerzas de Seguridad creen que está muerto. Según las fuentes consultadas, lo último que se sabe de él es que fue capturado por los agentes del presidente sirio y fue torturado, probablemente, hasta fallecer. Tenía 16 años y buscaba redimirse incorporándose de forma suicida a la yihad. 

El sábado 23 de marzo, Nordin se marchó a Castillejos, la ciudad marroquí fronteriza, para dar una vuelta, según su padre, como solía hacer todos los fines de semana. Pero esa noche no regresó. Después se supo que se había llevado el pasaporte de su hermano y que había emprendido su último viaje a través de Marruecos. Llamó a su familia para despedirse y, si la Policía española albergaba alguna duda sobre si se trataba o no de una travesura, el acento marroquí de un adulto que aseguraba hablar desde Turquía, las despejó todas. Su mensaje fue: «Alá así lo quiere». Las Fuerzas de Seguridad españolas solicitaron ayuda a los cuerpos policiales europeos, en especial a los turcos, pero no lograron dar con él. 

Nordin Abderrayat es uno de los ocho islamistas radicales que han salido desde Ceuta hasta Siria, cuatro de ellos, al menos, de nacionalidad española. La circunstancia más dramática la protagonizó el pasado mes de agosto Rachid Hassein Mohamed, de profesión taxista, quien se había marchado poco antes con dos amigos, próximos también a las corrientes salafistas. Desapareció después de llamar por teléfono desde Turquía y lo siguiente que se supo de él fue que se había suicidado empotrándose contra un cuartel en Idlib, como copiloto de un camión cargado de explosivos que causó «numerosas pérdidas». Eso revelaba el vídeo que fue difundido en las redes sociales y que permitió reconocerle por una cicatriz y por el tono característico de su voz. 

Ninguno de los islamistas españoles desplazados a Siria ha regresado y ninguno de ellos ha dado señales de vida. Según las Fuerzas de Seguridad, sus familias, incluso aquellas que denuncian su desaparición, saben cuáles son sus intenciones pero no les impiden marcharse. Los investigadores aseguraron entonces que eso era lo que había ocurrido también en este caso aunque el padre insistió en negarlo y acudió presto a poner la denuncia. 

Nordin es hijo de uno los acusados en la llamada operación Duna –después absuelto por falta de pruebas– llevada a cabo por el entonces juez Baltasar Garzón contra el terrorismo islamista.

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